Los rosarinos tenemos el orgullo perdido y nosotros vamos a recuperarlo. Porque contamos con propuestas concretas, decisión y liderazgo para superar los desafíos que la realidad nos impone.
No queremos que vengan los porteños a gobernarnos a control remoto, sabemos valernos por nosotros mismos y así lo hemos demostrado a lo largo de nuestra historia.
Todas las críticas que he formulado a las demás alternativas de gobierno son de índole política, jamás personal. Los únicos pactos que hago, son con los vecinos y vecinas, para que vivan mejor.